A veces mis palabras se acumulan. Se quedan guardadas dentro de mí, temerosas de no encontrarte a la salida.
Quisieran ser aves libres, cuyas alas les lleven lejos, les dejen sentir la brisa les guíen a la libertad. Les lleven a ti.
Otras veces quisieran ser viento, acariciar tu rostro, jugar con tu cabello. Viajar en cualquier dirección hasta llegar a tu oído y quedarse en tu alma por siempre.
Quizás sea que se sienten solas. Quizás sea que extrañan a las tuyas. Tus palabras alegres, luminosas, cantarinas como claro arroyuelo que lleva vida, que acaricia la tierra.
Ven y entrelaza de nuevo tus palabras con las mías. Hace tiempo que no se llaman, que no se encuentran. Únelas con las mías en una danza sin fin.
Ven conmigo y escribamos juntos historias nuevas.
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