miércoles, 22 de febrero de 2017

Herencia


Margarita está linda la mar, 
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento...

Ahí estaba de pie. Con el libro de poesías del abuelo en la mano leyendo mi poema.   Leía unos cuantos versos y me miraba.  Yo sentía que no existía nadie más. Y después cerraba mis ojos imaginando ese palacio de diamantes, la tienda hecha del día, el rebaño de elefantes, el quiosco de malaquita, el manto de tisú y por supuesto esa gentil princesita tan bonita, tan bonita como yo.

Recuerdo incluso cuando leí un fragmento del poema en un libro de texto, que sentí como si hubieran tomado algo mío sin permiso.  Nunca antes lo había leído impreso, siempre del libro de mi abuelo, transcrito a mano con su pluma y tintero con una perfecta caligrafía.  Recuerdo también haber pensado: "Pero yo me la se completa, desde hace mucho..."

La poesía me ha acompañado durante toda mi vida.  Pero Rubén Darío sería el primer poeta que conocería en la voz de mi padre. Y tantas veces la escucharía hasta quedar grabada en mi memoria.  Después elegiría mis poetas, mis poemas, sin embargo, ése sería el primero, el más querido, el más especial.

Pero esta noche te tengo en mi regazo.  Pides tu cuento de todas las noches pero caes de sueño.  Decido no leerte.  Tan solo te digo: "Hoy te contaré algo, algo que me contaba tu abuelo cuando era niña...". Y comienzo.  Y conforme avanzo, voy regalándote un trozo de mi infancia, y dejo de ser la princesa y comienzas a ser tú.  Acaricio tu nariz mientras empiezas a quedarte dormida y mi garganta se va cerrando mientras lágrimas llenas de recuerdo y nostalgia se asoman a mis ojos. 

Miro tu sonrisa mientras repites "elefantes" casi en sueños.  Te amo tanto. Me sorprende cuántas memorias felices guardan esos versos.  Hoy ha venido tu abuelo a contarte un cuento.  Ésta es mi herencia, te doy mi poema.  Te lo doy para que lo sueñes, te lo doy para que lo aprendas, te lo doy para que algún día cuando lo escuches o lo leas, tengas un feliz pensamiento para aquella que un día quiso contarte un cuento...

No hay comentarios: