jueves, 23 de junio de 2016

De vez en cuando

De vez en cuando la vida nos besa en la boca, como dice Serrat.  Nos sorprende, nos da un regalo que no esperábamos ni merecíamos.

De pronto damos la vuelta a la esquina y nos damos de narices con lo que menos habíamos considerado y que llena de luz nuestra vida, de risas nuestros días y sin darnos cuenta somos otros.
Vemos la vida con otros ojos,  nuestros pasos nos llevan por nuevas veredas.

Y soñamos.   Nos atrevemos a hacerlo como si no conociéramos lo cruel que puede llegar a ser el Destino.   Como si no supiéramos lo dura que es la dama Realidad.  Damos saltitos entre las piedras del arroyuelo, riendo con un abanico en la mano y una sombrilla en la otra.

Y reimos.  Gastamos bromas, nos divertimos.  Risas juguetonas, carcajadas francas. Todas llegan a alegrar el día.  Sonreímos por la puesta del sol, por el canto de las aves, por mirar nuestro reflejo en los ojos del otro.

De pronto, decidimos ser felices.   Sin saber cuanto tiempo nos sonreirá la diosa Fortuna, solo disfrutamos del tiempo que tenemos en la mano, de ese precioso presente, volátil instante cual suspiro que llega y se va antes de que lo notemos.

Jugamos a ser dichosos por hoy y con miras hacia el "por siempre".   Tomados de la mano vamos por ese nuevo sendero completamente locos y enamorándonos cada día fuerte e intensamente,  como si fuera el primero y el último que vivimos.

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