miércoles, 27 de enero de 2016

Flor de los deseos.

Desde niña amó las flores de los deseos.  Ésas que tienen dos vidas y en la última cargan con anhelos.
Ella se lo dijo.  Le contó cuanto amaba regar los deseos de un solo soplido.   Él no lo olvidó.

Un día miró nacer una flor de los deseos en su camino.  La cuidó, la guardó para ella.   Con extremo cuidado, como guardando un rayo de luna en la mano, le llevó hasta ella.
Pensaba en su mirada, deseaba su sonrisa, la misma que él tenía en los labios en ese momento.

Llegó a su lado, liberó la  flor de los deseo y la puso delante de sus ojos, los cuales le regalaron el brillo mas intenso que jamás había visto.
Dando saltos de alegría le sopló, mientras reía como esa niña que fue y que era, lanzando al viento su más grande anhelo,  el cuál -aún- disfruta a su lado.

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