miércoles, 13 de abril de 2016

Perfección

Él la había visualizado durante su vida entera.  El color de su piel, su estatura ideal, el largo y tono de su cabellera.

Sus ojos profundos del color más hermoso que había contemplado, su sonrisa perfecta.

Su cuerpo de Diosa con esa cadencia al andar que le enamoraría.

La había visto tantas veces en sus sueños, incluso había escuchado su particular y melodiosa voz en su imaginación.

Tan clara la imagen que tenía de ella que sabía que la conocería de inmediato en cuanto la viera.

Recorría el mundo, por aquí y por allá, comparándolas a todas con la imagen de su mujer perfecta que había forjado en su mente.

Un día cualquiera, se cruzó en su camino.  Apenas la vio y supo que era Ella.  También Ella supo que era Él.
Se acercó como quien se siente con el derecho de siempre y le invitó un café.

Conversaron por horas como si hubiesen estado destinados a encontrarse.  Le dijo que era perfecta.  Perfecta como en sus sueños, hermosa como ninguna. Le entregó su amor.

La gente pasaba a su lado mientras hablaban, viendo a un hombre y a una mujer completamente ordinarios pero extraordinariamente enamorados. La perfección se creó en el corazón que le contemplaba.

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