lunes, 14 de marzo de 2016

Ojos

Sus ojos eran tan transparentes como dos ventanas abiertas.  Quien los mirase con atención podria saber lo que había detrás de ellos.

Alegría, tristeza, enojo, sorpresa, desesperanza.  Cualquier emoción o idea se proyectaba en ellos, con total claridad.

Quiso un día que eso cambiara para siempre.  Buscó a alguien que le enseñara a sus ojos a mentir.  A fingir siempre  alegría, a fingir que todo estaba bien.

Encontró a grandes maestros histriónicos que dijeron llenos de confianza, que lo lograrían, pero aunque hiciera el gesto o hubiera sonrisa, los ojos no acataban las instrucciones  que ellos le daban.

Tiempo más tarde, llegó Él.  Se enamoró de sus ojos profundos y a la vez cristalinos.  Las estrellas se reflejaban en esos ojos inmensos.

Le encantaba que podía leerla en ellos.  Que podía vislumbrar cada pensamiento en ella.

Ella le dijo un día que le gustaría que alguien le enseñara a sus ojos a mentir, a ocultar, a fingir.  Él la tomó en sus brazos y bebiendo del agua de su mirada le dijo: "Ojalá que nunca aprendas..."


No hay comentarios: