lunes, 8 de febrero de 2016

Alfarero

Soy como barro en tus manos.  Me tomas, me moldeas y formas en mí algo útil.  

Sin embargo, aunque me formas y porque me conoces, sabes que a veces me pierdo en mis silencios.

Mi orgullo me calla, siempre intento ser la fuerte.  Lucho constantemente por ganar, por robar la razón.

Veo tu mirada que lucha por esconder tu compasión debajo de indiferencia.  Me observas en silencio mientras me encierro en mi mente.

Te acercas y cual hábil maestro, pones tus manos en mi  y me sacas del silencio.  Me llevas poco a poco a la consciencia, a tu luz, me quebrantas.

Observas cada fisura, cada borde y lo transformas, me afinas como se afina la plata.   Sin embargo, no esperas ver tu rostro en mi; buscas que abra mi interior y me contemple  en libertad.

Me guías a romper el silencio.  Después, al término de todo, cuando ya ha fluido, tomas mi mano y me llevas contigo a tu luz.

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