jueves, 25 de febrero de 2016

Cómplice

 Cada cual tiene siempre a su cada quien.  Su compañero, su cómplice, su incondicional.  

Casi de los mismos días, crecimos jugando y leyéndonos la mente.  Aprendimos a reírnos en silencio, a crear una coartada idéntica y en segundos.

Crecimos entre risas, pelotas, libros y juegos.  Compartíamos todo, siempre, hasta la última galleta.  Juntos el Crimen y el Castigo.

Peleé como gato rabioso por defenderte, aunque eso provocara tu enojo.  Aprendí que siempre estarías ahí para mí, que podría contar contigo.
Nunca estuvimos solos, nos enseñaron a querernos y apoyarnos siempre.

Tanta tu nobleza que soportó mi carácter caprichoso, tanto tu cariño que me dejaba la última fresa con tal de que sonriera.
Nos hemos alegrado juntos y también hemos llorado juntos.

Dicen que la familia no se elige pero si tuviera la oportunidad, volvería a elegirte como mi hermano mil veces para volver a las andadas pensando en una nueva aventura que emprender.

No hay comentarios: