Comienzan a escribirse. Parten del "Había una vez..." Y la pluma vuela escribiendo capítulos variados. Felices, divertidos, intensos, soleados.
De pronto, la pluma se cansa, la mano la suelta. El destino, caprichoso, se hastía de la historia y cuál Loki, juega a sembrar la duda, el miedo, el caos.
Y aquello destinado a su final feliz, comienza un sendero alterno tenebroso, extraño.
Aquellos habitantes de las letras comienzan a perseguir los sueños que antes acariciaban, cual si fueran una extraña quimera, tan ajena, tan desconocida. Y sufren, luchan, se dan por vencidos, se alejan.
Su camino se bifurca y parecen andar casi juntos, caminando sin darse cuenta que sus pisadas los alejan más y más.
Entonces, el Destino ríe a carcajadas viéndoles partir por caminos distintos tratando de comprender cómo fue que llegaron a eso. Cómo fue que lo que sentían no alcanzó para estar juntos, en donde extraviaron sus sueños. Cómo fue que se les escapó su historia de entre los dedos.
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